Cuchillería y ferretería Vencedor

Aunque la marca Vencedor tiene bastante renombre entre los aficionados a las navajas y a la cuchillería en general, en realidad Alberdi Hnos. S. A. (nombre del fabricante) ofrecía también herramientas manuales diversas para ferretería, es decir, para oficios varios.

La empresa arranca ni más ni menos que en 1870, cuando Francisco Alberdi se inicia en el oficio de la cuchillería en Placencia (Guipúzcoa). Con el fin de proveer de energía a su fábrica -en unos tiempos donde la distribución eléctrica no llegaba a todas partes-, Francisco construye una presa junto a su taller, aprovechando que pasa al lado el río Deba. Como esta forma de energía dependía mucho del cauce del río, si éste descendía repentinamente se dejaba de trabajar hasta el día siguiente. Esto se comenzó a remediar en la segunda década del siglo pasado, cuando instalan alternadores.

El trabajo era muy artesanal, se comenzaba cortando tiras de metal de acero al carbono mediante prensas y troqueles, y luego los operarios iban sacando el filo y dándole forma al cuchillo mediante correas untadas con esmeril. Una vez la correa se desgastaba (cosa que ocurría muy habitualmente por estar todo el tiempo sometidas al proceso abrasivo), se untaba la correa con cola y se la pasaba por un recipiendo lleno de esmeril para que volviera a cumplir su papel de abrasivo.

1925 es un año importante para la empresa, ya que adquiere en Estados Unidos un martillo para forja de caída libre, el cual pesaba 13 toneladas y, según se cuenta, fue un hito trasladarlo desde la estación de ferrocarril hasta la fábrica, atravesando las calles de Placencia. También se adquieren en Inglaterra máquinas para debastar las hojas, y máquinas pulidoras, lo que le da un notable impulso a la firma.

Otro gran avance ocurre en 1932, cuando empiezan en Vencedor a utilizar acero inoxidable traído de Francia, que debía venir ya preparado por uno de sus lados (más finos) con el objeto de poder realizar el filo (ya que el inoxidable era más duro). La fábrica tenía departamentos especializados para cada parte de sus cuchillos y navajas, y era capaz de fabricar mangos en madera, en aluminio, o en el propio acero (en este caso se realizaba una única pieza). También utilizaban bakelita, suministrada por Reiner de Deba, y madera de Moisés Ibáñez, otro proveedor vasco (de Eibar en concreto).

Alberdi Hnos. S. A. no solo distribuía su cuchillería bajo la marca Vencedor, sino que también utilizaba la firma Aiztolandia y ASA.

Vencedor hace mucho que dejó de fabricar este tipo de utensilios. Las últimas referencias que he encontrado acerca de ellos son de finales de los años 60, así que muy probablemente durante la década de los setenta empezase a ocurrir su declive.