¿Y si la pandemia no fuera un virus?

Bueno, quiero decir: es evidente que es un virus, los científicos lo tienen claro. Pero me refería a que: ¿y si en realidad fuera un control poblacional? Y el virus fuese solamente eso: un instrumento para llevarlo a cabo.

Es evidente que con los últimos estudios respecto al cambio climático, contaminación de mares y ríos, impacto de los usos de los plásticos o de los combustibles, el planeta se encuentra al borde del cataclismo. Así que, ¿y si el virus no fuese más que un instrumento para dar a la humanidad "más tiempo" para solucionar un apocalipsis mayor o, al menos, retrasarlo? Las mismas autoridades chinas van por esa línea, incluso llegaron a acusar a los Estados Unidos de desarrollar este virus específicamente para ello, a partir de los SARS (este SARS-CoV-2 es de la misma familia, de ahí el nombre).




Esta teoría no es nada nueva, se lleva aplicando desde hace años para el control poblacional en animales. El Departamento de Sostenibilidad del gobierno australiano la utiliza para el control de las colonias de conejos, por ejemplo, y tiene un nombre: se denomina "control por medios biológicos". En este caso, desde 1950 las autoridades usan el myxoma virus, que causa la muerte por myxomatosis, y que solo afecta a los conejos.

Otro método de control es la enfermedad calicivirus, cuyo virus causa la muerte hemorrágica, también a colonias con superpoblación de conejos.

Ese es el quid. De mi época de estudiante recuerdo muy bien la lucha biológica y algunas de sus premisas, las cuales son:

1- Solo debe afectar a la especie a la que quieres controlar, y no al resto.

2- No debe tener impacto alguno en el entorno, ni afectar al medio ambiente.

3- Para mantener el equilibrio del ecosistema, no debe aniquilar a toda la población.

En el COVID-19 se cumplen todas esas premisas: la primera, solo afecta a humanos. No mueren perros, ni gatos, ni murciélagos, que en teoría era su huésped natural.

La segunda, no tiene impacto en el entorno. El virus no daña las plantas, no contamina los ríos ni la atmósfera.

Y el tercero, su objetivo es la población envejecida, los que menos "aportan" socialmente, manteniendo a los más vigorosos y sanos.

Cierto que, inteligentemente, la naturaleza suele tener esos mecanismos de control de manera natural (incluso entre los depredadores se da: una manada de leones -leonas más bien- atacará al ejemplar más débil o enfermo que encuentren), pero existe un matiz importante, y es que aunque las plagas se han dado a lo largo de toda la historia, en ninguna de ellas se señalaba a un rango específico de población. En resumen, que morían tanto jóvenes como viejos, obviamente los más débiles tenían más posibilidades de fallecer, pero no era una premisa del virus en sí, como parece tener éste COVID-19 por predilección.

Los métodos en los cuales se controla una población humana son los siguientes:
- metodos anticonceptivos
- abstinencia
- aborto
- emigración
- decrecimiento de la inmigración
- hambruna
- peste, plaga o pandemia
- guerra

A este respecto son muy esclarecedoras las palabras de Tertuliano que, por cierto, fue uno de los cristianos. Él escribió:

"El testigo más fuerte es la vasta población de la tierra para la que que somos una carga, y ella apenas puede satisfacer nuestras necesidades. A medida que nuestras demandas crecen, nuestras quejas contra la naturaleza y su insuficiencia son genéricas. Los flagelos de la peste, el hambre, las guerras y los terremotos han llegado a ser considerados como una bendición para las naciones superpobladas, ya que sirven para eliminar el crecimiento exuberante de la raza humana".

¡Y recordemos que eso lo escribió en el primer siglo de nuestra era!

En países como Hawai, China o Japón, las niñas o los descapacitados eran asesinados para así mantener una raza fuerte y sin superpoblación. Lo mismo que ellos, algunas culturas vieron la práctica del infanticidio como un medio de controlar y regular a la población para que los recursos de la sociedad puedan expandirse de la manera más sólida y fuerte posible. Es decir: quitar de en medio a los más débiles, los más viejos, y las potenciales procreadoras, o sea, el sexo femenino.

Pero lo más esclarecedor fue lo que escribió Paul R. Ehrlich, un biólogo estadounidense, en su "The Population Bomb", publicado en 1968. Allí decía:

"Un cáncer es una multiplicación incontrolada de células; la explosión demográfica es una descontrolada multiplicación de personas. Tratar solo los síntomas del cáncer puede hacer que la víctima se sienta más cómoda al principio, pero finalmente muere, y a menudo horriblemente. Un destino similar espera a un mundo que sufra una explosión demográfica si solo se tratan los síntomas. Debemos trasladar nuestros esfuerzos con un tratamiento que corte el cáncer. La operación exigirá muchas decisiones aparentemente brutales y despiadadas, el sufrimiento puede ser intenso, pero la enfermedad está tan avanzada que solo con cirugía radical el paciente puede tener una oportunidad de sobrevivir".

¿Más claro?

En 1974, un estudio titulado National Security Study Memorandum 200 concluía diciendo que el crecimiento de la población en el mundo socavaría gravemente los intereses e influencia de Estados Unidos, llegando a hacer peligrar "su seguridad nacional". Ese estudio aún se puede encontrar online.

Respecto al COVID-19, actualmente en España nos encontramos en el llamado "scenario 4", el máximo nivel de alarma, que consiste:

"where the intensive care capacity is saturated and health systems are overwhelmed. The options provided below, therefore, focus on scenarios 2-4, which describe local and nationwide transmission scenarios" (EDC-Europe).

El problema es que, más allá, es terreno inexplorado. ¿Qué ocurriría en un hipotético "escenario 5"? En poco tiempo lo sabremos, porque en Italia las opciones se les están acabando.

| Redacción: Estación Telegráfica / EstacionTelegrafica.cc / EstacionTelegrafica.blogspot.com | Nota y descargo: las opiniones vertidas en este artículo son personales, y no buscan servir de guía ni suplen de ningún modo ni de ninguna forma a las ofrecidas por las autoridades sanitarias de su país. Solo se trata de dar un punto de vista diferente, que no tiene por qué ser el ideal.