Muchos reconoceréis palabras quizá ahora en relativo desuso como "bazar", "economato", "decomisos", "botica", "ultramarinos"... Pero, ¿y "el colmado"? Un colmado era (y aún es) una tienda donde se venden productos a granel. En ella se podían adquirir desde productos de limpieza, alimentación, hogar... Era como una panadería, frutería, kiosko, ferretería..., como hoy lo podría ser un supermercado. También era sinónimo de tienda de "ultramarinos", denominadas así en este caso por traer artículos "de ultramar", que inicialmente constaban de productos venidos desde las colonias españolas (o sea, "del otro lado del mar", que es lo que etimológicamente significa la palabra).
No debemos confundirlo con las tiendas de "decomisos", que eran los establecimientos donde se ponían a disposición del público mercancías "decomisadas" (de ahí el nombre), o sea, las mercancías de tráfico ilegal que eran apresadas ("retiradas", "decomisadas") por no haber pagado impuestos, haber pasado la frontera ilegalmente o hacer sido producto del contrabando. De ahí que en las tiendas de decomisos se pudieran encontrar objetos exóticos y piezas raras que no se encontraban fácilmente en otras partes. No obstante, con el tiempo las tiendas de decomisos acabaron siendo básicamente bazares, tanto es así que el término suele usarse también como sinónimo de un bazar de mercancías variadas.
En este anuncio original de 1917 podemos ver un producto que se vendía en este tipo de establecimientos de entonces, un "caldo de cereales" (es decir, papilla), con propiedades tan habitual en la época de "medicinales", que se podía adquirir en farmacias, droguerías... y colmados.
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