Este billete de 1946 es de suma importancia no por su elevado valor de la época (ni más ni menos que 500 pesetas de entonces), sino porque lleva el grabado de nada menos que Francisco de Vitoria, un personaje por desgracia bastante desconocido para muchos en España.
De procedencia judía (madre conversa), ingresó en la Orden de Predicadores (Dominicos) de Burgos en 1505. Es uno de los ejemplos más eminentes de humanistas y se considera, ni más ni menos, como el padre del Derecho Internacional actual por sus trabajos y esfuerzos respecto a la democracia, la justicia y la equidad.
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