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QUIEN OLVIDA SU PASADO CORRE EL RIESGO DE REPETIR SUS ERRORES

16.11.19

El eclipse de los encendedores


Analizábamos en Duraderos las horas bajas que están viviendo los encendedores a gasolina, en donde el mercado se ha reducido drásticamente y, de hecho y técnicamente, solo una marca de este tipo de productos se encuentra disponible más o menos fácilmente: Zippo. El resto, o se han pasado a otras cosas (IMCO), han abandonado ese producto (aunque aún no lo han sacado de su catálogo, en Clipper prácticamente lo han dejado a su suerte prácticamente), o directamente han desaparecido. De estas últimas vamos a hablar, precisamente.

Durante el siglo XX, y hasta bien entrados los años noventa, los encendedores vivieron una gran expansión, principalmente en la primera mitad de siglo, y sobre todo en los sesenta y setenta. Incluso Casio, una marca de productos electrónicos, probó suerte en ese sector, lanzando en los ochenta una serie de modelos piezoeléctricos. El descenso de las ventas de encendedores fue una consecuencia directa del descenso de fumadores. Si antes se fumaba - por desgracia - en todas partes: aeropuertos, estaciones de tren o metro, autobuses, ambulatorios y hospitales, y por supuesto bares y restaurantes, la cada vez mayor concienciación ciudadana y, sobre todo, las más estrictas leyes, fueron arrinconando a los fumadores y reduciendo el número de afectados por este dañino veneno, a la vez que se llevó consigo otra industria muy en boga: la de los encendedores.




Un encendedor era antes, para el hombre, uno de esos pocos objetos que podía llevar consigo y lucirlo, un "complemento", junto con su reloj, y su estilográfica. Los anuncios que os mostramos, todos de los años sesenta, son un buen ejemplo de esto que os contamos, todos ellos encendedores de estilo, de diseño, metálicos, brillantes, de marcas de renombre... Encendedores que estaban con nosotros y a los que estábamos acostumbrados como un objeto cotidiano y habitual, en donde sus materiales, estilo y diseño también mostraban la elegancia y la posición social (y económica) de aquel que lo poseyera. Encendedores que eran el complemento perfecto del fumador, y todo el mundo fumaba, porque sino uno era en parte marginado, y considerado uno de esos "bichos raros".

Todo esto ha cambiado, y curiosamente en un objeto que tendría pocos sustitutos hoy en día, porque las plumas estilográficas, los relojes, e incluso las linternas de bolsillo y calculadoras, pudieron suplirse fácilmente con el objeto presente en todos los bolsillos como antes lo era la cajetilla de tabaco: el smartphone. Pero, sin embargo, no hay smartphones con encendedor. No importa: casi nadie lo usaría, y pocos lo echarían de menos.




| Redacción: Estación Telegráfica / EstacionTelegrafica.cc / EstacionTelegrafica.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Jose Carlos17.11.19

    Pues a mí me vendría bien que el teléfono trajera encendedor, je je, porque precisamente porque no fumo nunca llevo uno encima y cuando (sobretodo por trabajo) me hace falta, me las veo y me las deseo para encontrar uno.
    Buen post y buena recopilación de anuncios, hoy en día serían impensables, aunque no se si sirve de algo, me da la sensación de fuma más gente que antes, aunque no conozco las estadísticas, solo hablo de mi impresión.

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    1. Es cierto, ahora que mucha menos gente fuma, encontrar alguien con fuego encima es mucho más complicado. Yo siempre suelo llevar conmigo un encendedor pequeñito.

      Supongo que ahora con la moda de los encendedores a batería (tenemos pensado poner un reportaje de ellos en Duraderos) todo cambiará. Bueno, en cuanto se abaraten un poquito los precios y se empiecen a conocer :)

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