Ya en los años 40 en España la industria del afeitado estaba teniendo bastante producto nacional, aunque Gillette muchos años antes puede decirse que había abierto camino (de ello ya hemos hablado cuando tocamos el afeitado con navaja). Maravilla no solo comercializaba cuchillas, sino también maquinillas de afeitar manuales en estuches de baquelita o metal, y junto con Palmera (otro fabricante de cuchillas) ofrecían al hombre de la primera mitad del siglo XX todo un surtido de productos de este tipo que ya quisiéramos tener hoy en día. Por ejemplo, en Maravilla podíamos encontrar las Dorado, las de Duridium (acero alemán), las Artesanía (afiladas a mano, decían), las Aristócrata, las Soberana, las Gigante (especiales para "barba dura"), y las de "acero sueco", una muestra todo ello de lo importante que era esta industria durante mediados del siglo pasado.
Maravilla comercializaba cuchillas "micrométricas" con el plus de estar construidas en "acero magnético", bajo el slogan "es la que pita". Al parecer, el acero magnético tenía propiedades "no irritantes", y eran aptas "para todo tipo de máquinas".
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